La supervivencia de las empresas a través de la innovación. ¿Innovas?

Javier RodríguezConsultoría, Desarrollo, Empresa

Según avanzan los años, la longevidad media de las empresas se ve reducida. Las cifras arrojadas en el último informe de Innosight sobre la estimación de vida de las empresas del S&P500 muestran que, mientras la media se situaba en torno a los 60 años en el año 1960, en la actualidad es solo de unos 20. Entrando más en detalle en la tipología de las empresas, se observa que aquellas que ven más comprometida su longevidad son las que menos innovaciones aportan; por parte contraria, las que proponen una mayor innovación, sobretodo tecnológica, son las que se encuentran en la parte alta de la horquilla.

Con estos datos puede denotarse la importancia que adquiere innovar en las empresas, ¿verdad?

Muchos de vosotros seguro que lo hacéis y os da grandes resultados. Aún así, vamos a entrar un poco más en profundidad en el concepto y en los tipos de innovación que existen. ¿Nos acompañáis?

¿Qué es la innovación?

Siguiendo la definición de la RAE, el concepto “innovación” es:

  • Acción y efecto de innovar.
  • Creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado.

Esta definición de la Real Academia puede ser complementada con la aportada por la referencia bibliográfica por excelencia en materia de innovación, el Manual de Oslo (OCDE,2005):

“Concepción e implantación de cambios significativos en el producto, el proceso, el marketing o la organización de la empresa con el propósito de mejorar los resultados.”

A diferencia de la primera definición, en esta se expone que el acto de innovar no tiene porqué estar únicamente sujeto al producto, sino también a los procesos llevados a cabo, al marketing o a la organización en sí Por otra parte, recalca que el propósito de innovar es el de mejorar resultados. Por lo tanto, y ligándolo al informe de Innosight, puede entenderse por qué las empresas que innovan son aquellas que tienen una mayor longevidad.

¿Qué tipos de Innovación hay?

Existen diversos autores que proponen diferentes tipologías de innovación. Dentro de estas diversas propuestas, la del Manual de Oslo sigue siendo la más aceptada hoy en día. Dicho Manual define cuatro principales tipos de innovación:

Innovación de producto/servicio

Introducción en el mercado de un bien o servicio nuevo, o significativamente mejorado, en relación con sus características técnicas, uso u otras funcionalidades. Para poder considerar un producto o servicio como innovación, éste debe presentar características y rendimientos diferentes a los productos ya existentes en la organización.

Un ejemplo de innovación de producto es el iPhone. En su inicio supuso una innovación radical con la introducción al mercado de un producto con características completamente diferentes a las existentes. Posteriormente, año a año va presentando innovaciones incrementales, mejorando sus características técnicas de manera significativa.

Innovación de proceso

Cambiar significativamente las técnicas, materiales y/o programas informáticos utilizados con el fin de reducir tanto los costes unitarios de producción, distribución o mejora de calidad.

Como ejemplo de innovación de proceso tenemos, como seguro todos conocéis, la primera línea de ensamblaje móvil del mundo de Henry Ford. Esta innovación de proceso logró acortar el tiempo de producción de un vehículo de 12 horas a solamente una hora y media.

Innovación en Marketing

Implementar nuevas metodologías de marketing, en las que se mejore el diseño estético del producto, embalaje, precio, distribución y/o promoción con el objetivo de incrementar ventas.

¿Os acordáis de cuando Coca-Cola realizó la venta de sus latas de refresco con nombres en ellas? Este sería un ejemplo claro de innovación en Marketing.

Innovación en organización

Cambiar procedimientos y/o prácticas en la organización (gestión del conocimiento, evaluación y desarrollo de los recursos humanos, gestión de la calidad… entre otros), modificar la sede/ubicación del trabajo y/o las relaciones hacia el exterior. Estos cambios han de ir enfocados a mejorar los resultados de productividad.

Estamos seguros de que debido a la situación actual, este es el tipo de innovación que más estáis practicando en vuestras organizaciones a través de, por ejemplo, la introducción del teletrabajo o la manera en que gestionáis el cambio.

Vemos pues que la innovación no solo se basa en la mejoría o creación de un producto, sino que tiene una complejidad mucho mayor y que puede atacarse desde diferentes ámbitos. Para poder realizarla dentro de la organización existen diferentes metodologías. Si quieres conocer una de los más interesantes, en este post te enseñamos qué es el Design Thinking.

En Consultcat tenemos claro que la innovación tendría que ser un valor esencial que debería de existir en todas las organizaciones, teniendo que ser uno de los pilares en la definición de sus planes estratégicos.

Si crees que tu organización necesita ayuda para dar un impulso a sus procesos de innovación, no dudes en contactarnos aquí. ¡Estaremos encantados de ayudar!

Además, si quieres seguir informándote de las tendencias del mercado y no perderte nada, no olvides suscribirte a nuestra newsletter.

¡Hasta la próxima!

Comparte